Desde que por primera vez sacamos nuestro flamante y recién comprado iPhone de su caja hasta pasados unos meses o años de uso, notamos claramente que su rendimiento ha ido descendiendo paulatinamente.
Esto es algo normal, ya que todos los dispositivos, ya estén basados en la plataforma de Apple, en la de Google, Microsoft o en cualquier otra, con el uso van perdiendo fluidez en su funcionamiento, aspecto que quizá sea uno de los más importantes a la hora de decantarnos por un producto u otro. En ocasiones hay usuarios que consideran que debido a este hecho, su smartphone ya ha quedado obsoleto, por lo que hay que adquirir otro; en muchas muchos casos esto es un error.
Es por ello que en este caso os vamos a mostrar algunas sencillas acciones que podréis llevar a cabo en pocos minutos centrándonos esta vez en los terminales de la compañía de la manzana mordida. Para empezar os hablaremos de las actualizaciones automáticas, algo que se llevan a cabo sobre las aplicaciones que tengamos instaladas cada vez que estemos conectados a una red WiFi. Pues bien, esto es algo que deberíamos desactivar, ya que aunque a priori pueda parecer muy cómodo para el usuario, lo cierto es que esta acción consume muchos recursos en segundo plano, algo que se puede convertir en molesto especialmente para aquellos que tengáis muchas app instaladas. Por lo tanto lo recomendable es acceder a “Ajustes/General/Actualización en segundo plano” y desactivar la opción.
Hablando de tener instaladas muchas aplicaciones, aunque no lo parezca esto también puede ser un serio inconveniente que afecta directamente al rendimiento y fluidez en el funcionamiento de un iPhone, la razón es muy sencilla. El iOS de Apple muestra todos los programas que hemos bajado en la interfaz inicial del terminal, accesos que el teléfono tiene que gestionar y repartir en varias pantallas de inicio que tendremos que ir recorriendo continuamente, lo que consume recursos. Es por ello que desde aquí os recomendamos utilizar carpetas que agrupen las aplicaciones y tener una pantalla de inicio lo más limpia posible.
Asimismo, algo que muchos no suelen llevar a cabo habitualmente para que el rendimiento del iPhone no se vea afectado, es cerrar del todo las aplicaciones una vez hayamos acabado de utilizarlas pulsando dos veces en el botón Home. De este modo las app abiertas en segundo plano dejan de consumir recursos, mejorando el rendimiento general del terminal.
Además también es preferible acceder al menú “Ajustes/General/Búsqueda Spotlight” para desactivarlo. De este modo evitaremos que el asistente de voz Siri nos haga sugerencias de todo tipo cuando la usamos, sugerencias que en muchas ocasiones nos serán totalmente inútiles y que también consumen recursos del sistema.